Embarazo y cáncer de mama: diagnóstico y tratamiento

Quizás ya lo estaba desarrollando antes del embarazo y no lo sabía. O en el transcurso de la gestación, tras realizarse los controles ginecológicos de rutina, el médico tuvo una sospecha que luego confirmó. Está cursando un embarazo y tiene cáncer. Pese a lo preocupante de la situación, se puede tratar.

El cáncer de mama es una enfermedad por la cual se forman células malignas en los tejidos mamarios. Este tipo de afección se presenta en uno de cada 3000 mujeres embarazadas; es más frecuente en mujeres entre 32 y 38 años de edad, lo cual no quiere decir que no pueda detectarse en mujeres más jóvenes.

Las mujeres embarazadas, o que están en etapa de lactancia, presentan cambios normales en el tamaño y consistencia de sus mamas, por lo que a veces es difícil diagnosticar la presencia de anomalías en el seno. Esto puede provocar retrasos en el diagnóstico de cáncer de mama durante el embarazo.

Según estudios médicos, la célula cancerosa de la mama no parece transmitirse al feto, por lo que no le provocaría daños. Sin embargo, los tratamientos utilizados sí podrían dañar al bebé. Es por esto que el proceso médico debe realizarse con un equipo multidisciplinario para lograr los mejores resultados, tanto para la madre como para el feto. El uso de radioterapia y de quimioterapia está contraindicado en los primeros tres meses de embarazo dado que las radiaciones podrían afectar al feto. En el segundo trimestre sí podrá usarse la quimioterapia como procedimiento; la cirugía será el paso siguiente pero suele hacerse luego del parto.

El diagnóstico de cáncer de mama en mujeres embarazadas presenta un desafío y mucha angustia para la paciente. Es por ello que se recomienda la prevención o detección a través de un examen de mama durante el embarazo y otro luego del parto. De esta manera se podrá controlar la salud de la madre y, en consecuencia, la de su hijo.