Con el tema del aborto vigente a todo momento y en todos lados del mundo, siempre es necesario tener a la mano la información necesaria para saber en qué momento podemos recurrir a él y en qué consiste. Hay diferentes tipos de aborto que se aplican dependiendo del tiempo de embarazo y situación médica de la mujer en cuestión, pues si bien es cierto que todas las mujeres pueden abortar, no todas pueden hacerlo por los mismos medios.
Hoy hablaremos del legrado uterino, una intervención quirúrgica menor que por su naturaleza solo puede realizarse en ciertas situaciones tales como:
- Tratamientos de sangrados irregulares
- Sangrados entre menstruación y coito
- Presencia de protuberancias endometriales
- Cáncer uterino
- Engrosamiento del útero
- Incrustación del dispositivo intrauterino o DIU
Estas son las causas que generalmente llevan a las mujeres a recurrir al legrado uterino, sin embargo también se conoce como método de aborto quirurgico, pues como este procedimiento es básicamente un raspado de las paredes uterinas, “barre” con todo lo que se encuentra, eliminando cualquier rastro de embarazo. Sin embargo en muchas ocasiones también se debe recurrir a esta técnica cuando después de otro tipo de aborto el útero no queda completamente vacío.
Pongamos el ejemplo del aborto con pastillas abortivas; la mujer consume sus pastillas, empieza el proceso de aborto, el útero se contrae, empieza el sangrado que indica que al aborto está en proceso, termina el aborto, pero cuando la mujer regresa a la clínica por su ecografía para asegurarse de que el útero esté limpio, resulta que no logró vaciarse por completo, en este caso se recurre al legrado para limpiar la cavidad y evitar futuras infecciones.
Así pues, aunque sea un procedimiento quirúrgico menor, sigue siendo un procedimiento quirúrgico y se debe tomar con la seriedad debida, pues también hay que tomarnos un tiempo para la recuperación. Después del legrado, la mujer deberá tener cuidado de no cargar cosas pesadas, si se siente en condiciones de regresar al trabajo lo puede hacer mientras no implique demasiado trabajo físico. Los sangrados vaginales y los dolores de espalda y pélvicos son comunes después de un legrado, por lo que debemos tomar nuestras precauciones.
Siempre de que vayamos a recurrir a un legrado uterino debemos asegurarnos de que sea con profesionales pues las herramientas que se utilizan para llevarlo a cabo pueden ocasionar graves heridas de no ser bien utilizadas.
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