Escrito por: Mariel Hernández Maldonado
Generalmente nos preocupamos por los hongos e infecciones solamente hasta que podemos verlos o sentirlos físicamente, antes de eso, si llegamos a tener uno que otro malestar lo dejamos pasar y pasar y pasar… muchas veces ni siquiera sabemos que padecemos de alguno de estos invasores hasta que ya es demasiado tarde, por lo que hoy hablaremos de un enemigo que habita en los cuerpos de tantas personas que ya ni siquiera se le da la seriedad necesaria.
El hongo Cándida Albicans es un hongo que habita en los cuerpos de todas las personas, sean hombres o mujeres y de la edad que sean, pero lo escuchamos más en el caso de las infecciones vaginales o con algún problema de la flora intestinal, pues son los dos lugares en donde más se encuentra dicho hongo y de los cuales debemos estar pendientes para notar cualquier anomalía.
Este es un hongo que también se puede encontrar en la boca provocando sensaciones como sabores metálicos. Es muy común que las personas sufran de una infección por este hongo, por lo que los médicos han dejado de ponerle la atención necesaria sin pensar en que tras el desarrollo de este hongo se genera una infección sistémica que, como bien se sabe en el reino fungi, se disemina e invade todo el cuerpo desde el cerebro hasta el hígado, lo que genera severos problemas de salud empezando por el metabolismo lento que es la clave más común para detectar los principios de la infección por este hongo.
Otros síntomas que podemos presentar si estamos siendo infectados por este hongo son: picores en la piel sin necesidad de haber estado en pastos o en contacto con algo que provoque alergia, gases estomacales o intestinales, cansancio continuo, sinusitis, migrañas, ardor o dolor vaginal al tener sexo, estreñimiento, dolores musculares, sabor a metal en la boca, etc. Si ha detectado uno o mas de estos síntomas lo más prudente es asistir al médico para que nos hagan una revisión completa.
Algunos de los factores que ayudan a que este hongo se propague son la ingesta excesiva de carbohidratos refinados, uso de hormonas femeninas, uso regular de antibióticos, consumo constante de bebidas alcohólicas, uso de cortisona y malfunción de la glándula tiroides.
Si bien sí existen tratamientos naturales como el orégano, es importante acudir al médico para una revisión completa de nuestro sistema.
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