Loading...Cuando pensamos en nuestro colchón lo primero que debería venir a nuestra mente son palabras como: confort, descanso, sueño, tranquilidad y muchos más adjetivos positivos, sin embargo, para algunas personas las primeras palabras que pueden pensar es: dolor, sufrimiento o pesadez, si este es tu caso entonces debes cambiar de inmediato tu colchón y las razones son varias, primero porque éste debe ser un espacio para que puedas reponer energías y poder comenzar el día con mucho ánimo y segundo porque debes de dejar de ser víctima de tu colchón.
Y es que muchas veces no somos conscientes de que un mal colchón puede provocarnos no sólo un mal descanso, sino también, algunas enfermedades que si no tratamos a tiempo después pueden tener consecuencias muy malas para nosotros. Hay algunos padecimientos que se pueden atribuir a un colchón viejo o sucio. Revisa las siguientes enfermedades y si detectas alguna de ellas es tiempo de que le digas adiós a tu viejo colchón:
Dolores musculares: es quizá el más obvio de todos, y es que un colchón que ya no se encuentre en buenas condiciones ya no otorgará el soporte correcto para el cuerpo, lo cual puede provocar lesiones musculares sobre todo en la zona de la espalda y el cuello, ya que tu cuerpo tendrá que estar tenso para lograr la rigidez que el colchón ya no está proporcionando. Si te levantas cada día con un dolor, es muy posible que sea por culpa de tu colchón.
Insomnio: si no tenemos un descanso adecuado puede ocurrir que inconscientemente no queramos que llegue el momento de dormir porque ya lo asociamos con sentimientos negativos, por lo que podemos experimentar insomnio o trastornos del sueño que nos traigan consecuencias como fatiga, desconcentración o cansancio.
Alergias: otra consecuencia de tener un colchón viejo es que se encuentre muy sucio, se estima que un colchón viejo puede tener medio millón de ácaros por centímetro cúbico, esto sin duda no es nada aconsejable para aquellas personas que son más sensibles y tienen asma o algún antecedente de alergia. Para evitar esto hay que sacudir y limpiar muy bien el colchón periódicamente.
Dermatitis y conjuntivitis: Otra de las consecuencias de los ácaros y el polvo son posibles afecciones en la piel, la cual se puede enrojecer, presentar ronchas o incluso alguna infección, también los ojos pueden ponerse rojos, arder o lagrimear.
Por esto es muy importante que revises las condiciones de tu colchón y cambiarlo si es necesario, no olvides también revisar las bases para asegurarte que es el correcto y que no provocará daños a tu colchón.
Tu recámara individual debe ser un santuario del descanso donde puedas reponer energías y estar listo para enfrentar las actividades del siguiente día.
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