Alrededor de las fajas post parto hay algo de tabú, una colección de mitos, opiniones contrapuestas y un sinfín de preguntas, pero la realidad es que, al igual que otros productos con los que se asocian temores infundados, este tipo de faja es un artículo que se puede utilizar sin riesgos y que ofrece grandes beneficios para la salud femenina.
En este sentido, la primera creencia que es preciso desmitificar es la que atribuye a las fajas post parto una utilidad estética. Si estás embarazada, debes saber que puedes colocarte una faja indicada para este periodo apenas transcurridos uno o dos días del parto natural o por cesárea, puesto que el objetivo principal de esta faja es clínico y no de belleza. Su función en esta etapa es la de brindar sostén a los músculos abdominales, debilitados transitoriamente por el esfuerzo del alumbramiento, además de contrarrestar la sensación de vacío o flacidez en la zona donde se están reacomodando los órganos.
No se trata de un auxiliar para moldear el cuerpo o recuperar la figura y es, por lo tanto, una prenda de cuyo uso no deben esperarse resultados en la apariencia personal. Así mismo, es importante saber que puedes usarla con tranquilidad las veinticuatro horas del día y que lo que sí hará es brindarte un mayor confort y contribuir a un reposicionamiento en breve de los órganos internos. Aunque este proceso se da de manera natural, las fajas ayudan a acelerarlo y disminuyen los posibles dolores después de un parto por intervención al hacer ciertos movimientos.
Las hay de distintas medidas y estilos, pero la más recomendable en el periodo inmediatamente posterior al nacimiento de tu bebé es la que se coloca alrededor de la cintura dejando libre la zona de la entrepierna y los muslos. Lo anterior debido a que si durante el parto te colocaron puntos, lo más adecuado es que dicha zona esté libre de presiones y sudoración excesiva a fin de permitir la cicatrización. Esta faja debe usarse por un periodo no mayor a tres meses, después de los cuales puedes optar por sustituirla por una de uso estético.
Las fajas modeladoras –ahora sí – son aquellas que ayudan tonificar los músculos, aplanar el abdomen y levantar los glúteos y, como hemos dicho, puedes comenzar a usarlas pasados los tres meses de haber dado a luz. Sin embargo, para obtener los resultados deseados debes llevar la rutina de alimentación y ejercicio prescrita por tu médico al pie de la letra y beber mucha agua.
Estas prendas pueden ser más largas, cubriendo la entrepierna y los muslos, con un diseño similar al del pantalón corto de tipo ciclista que tanto se vio en las colecciones de moda del verano pasado. Por otro lado, debes tener en cuenta que no es recomendable utilizar fajas modeladoras por más de tres meses, ya que lo ideal es que los músculos abdominales recobren su fuerza y tonicidad por medios naturales habiendo pasado medio año del parto. Considera esta información y elige sin preocupaciones recurrir a ellas.
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