Si ya te encuentras en el tercer piso, de seguro habrás notado al ver tus fotos de la universidad que algunos rasgos juveniles han desaparecido de tu rostro, aunque quizás no se note demasiado en donde radica esa transformación.
Y es que aun teniendo buenos hábitos alimenticios, procurando dormir las horas suficientes y haciendo ejercicio, es imposible ganarle al tiempo, que poco a poco va haciendo sus estragos en la fisonomía de todos.
Signos de la edad como las arrugas, las patas de gallo y la pérdida de firmeza en la piel, son marcas que evidencian nuestra edad sin importar qué tanto nos cuidemos, y tratar de echarlas atrás sin un poco de ayuda es francamente imposible.
Afortunadamente, los avances en la cirugía estética nos permiten burlar al tiempo –al menos en apariencia— dándonos nuevamente esa imagen lozana que toda treintañera y mujer de cierta edad desea recuperar.
Así, la operación de pómulos es uno de los tratamientos que mejor pueden socorrernos, pues no cabe duda que un par de mejillas en posición elevada nos brindan un aspecto elegante y juvenil totalmente opuesto al que se va marcando con la flacidez de esta parte del rostro, que nos hace ver cansadas y con signos de envejecimiento prematuro.
Esta intervención, que no significa un trabajo muy arduo cuando se realiza por un cirujano plástico experto, favorece significativamente a todas aquellas en cuya composición ósea nunca se han marcado demasiado los pómulos, situación que se hace más evidente al tener una mayor edad.
Se trata de un procedimiento ambulatorio que se efectúa de dos maneras. La primera de ellas consiste en la utilización de grasa extraída del mismo paciente y el lijado del hueso del pómulo para hacer un moldeado acorde con la fisonomía que se pretende obtener, mientras que la segunda se realiza colocando una prótesis que se inserta desde una incisión hecha al interior de la boca.
Este tratamiento, al ser relativamente sencillo, puede combinarse con otros, como la cirugía de papada, la cual perfila el contorno de la cara para hacerlo más fino y agradable a la vista y al tacto, pues no sólo se retira el exceso de grasa acumulada en el cuello, sino que también se disecciona la piel para quitar la que está de más y tensar el área que va desde debajo de la barbilla hasta el cuello.
Ahora que ya conoces estás dos alternativas para recuperar la juventud de tu rostro, sólo recuerda que estos tratamientos son muy delicados, por lo que es recomendable en ningún caso que te dejes guiar por el precio para acceder a ellos.
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