El aborto médico o químico es el método alternativo para la interrupción del embarazo, siempre y cuando la paciente gestante cuente con 9 semanas de embarazo como máximo. La combinación de las sustancias activas Mifepristone y Misoprostol es una de las opciones más recurrentes y es consumida bajo el nombre de RU486, entre otras pastillas abortivas aceptadas por las autoridades médicas.
La forma de administración es oral, la primera ingesta debe realizarse en la clínica especializada, y posteriormente, a las 24 o 72 horas debe realizarse la segunda toma, la cual suele hacerse en la total intimidad del hogar. Es el Misoprostol el responsable de producir las contracciones que traen como resultado el aborto involuntario. En combinación con la sustancia Mifepristone la efectividad supera el 95% y los resultados se ven en un lapso máximo de dos semanas.
La principal función de la Mifepristone en el proceso de aborto radica en que ésta bloquea la progesterona, hormona requerida para que el embarazo se mantenga “implantado” en el útero hasta su término. Cuando el cuerpo de la mujer carece de progesterona, entonces el cuello uterino pierde firmeza y comienza a originar un sangrado, una vez que se completa el tratamiento con el Misoprostol, comienza el “trabajo” de expulsión, el cual durará un lapso promedio de 7 horas.
La segunda toma queda a consideración de la paciente, siempre que se realice entre las 24 y 72 horas posteriores a la primera toma. De esta suerte, la segunda toma se llevará a cabo en el que la paciente se sienta segura para realizar la expulsión del embarazo. Esta es una suerte de control que adquiere la paciente, de modo que incluso puede manejar de mejor modo los efectos secundarios que conlleva el proceso de interrupción del embarazo por este método.
Antes de realizar cualquier procedimiento es de suma importancia confirmar el embarazo por medio de un ultrasonido o una ecografía. Ya que se pueden causar severos daños a la salud en caso de que no exista un embarazo real. De igual manera, para evitar que se sufra una intensidad en los efectos secundarios, es altamente aconsejable que se acuda el médico especialista y que se hagan los estudios pertinentes para asegurar que no habrá consecuencias graves.
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